domingo, 14 de diciembre de 2008

Pasó


Ella venía muchas tardes a verme, y solíamos hablar mientras nos tomábamos un café en mi casa. La conocí en el colegio, siempre la veía caminando sola por los pasillos y sin nadie a su alrededor, como en una burbuja de arena. Hasta que un día me habló, y a partir de ese momento nos fuimos conociendo hasta llegar a ser muy buenas amigas, hasta hoy. Hablábamos de muchas cosas, pero su tema preferido era él. Me contaba que antes de conocerle era una chica que no tenía nada que ofrecer, tan solo una sonrisa falsificada y los moratones que le dejaba su padre cada anochecer. A parte de mí, no tenía ninguna amiga más, pero entonces llegó él, y la salvó. Cuando me lo contaba no podía llegar a comprender como una chica tan joven podía estar tan enamorada de un hombre que casi la doblaba en edad. Me contaba que los días con él se hacían segundos, y que las noches con él no se olvidaban, que le hacía sentirse más mujer que en ningún otro momento. Y yo le respondía con una sonrisa, sin atreverme a decirle lo que en realidad pensaba. Nunca llegaré a saber a ciencia cierta si mi amiga tenía suerte o era una desdichada. Cualquier mujer se sentiría dichosa de tener un hombre así, que la cuidara y le hiciese sentir una mujer de verdad; pero lo que yo no sabía era si ese dulce momento de 'burbuja de felicidad' dudaría para siempre. Él nunca le contaba nada sobre él, y ella solo podía dejarse besar por un extraño, pero aún así ella le quería. Pero un día todo acabó. Alguien llamó a mi casa una madrugada, y allí me la encontré, con la camiseta bañada en lágrimas y asegurando que el que la amó era un mal nacido, que le mintió hasta la saciedad y que ahora ella solo deseaba matarse. Qué podía hacer yo? Decirle que ya se lo había advertido. Aunque eso no servía de nada. Le dije que se sentara y que se relajara. Le dije que ya llegaría otro que la haría feliz, y que no la dejaría. Aunque ni yo misma sabía si lo que decía era cierto. Pero allí estábamos, una llorando sin parar, y la otra dando un largo sorbo de la taza de café.

4 comentarios:

... dijo...

joder que bonito jajaj siempre lo cambias a mejor +++

El chache dijo...

Lo peor de enamorarse, es tener que desenamorarse. Que mal se pasa, joder.

Un saludete

Camaleona dijo...

Soy capaz de superar cualquier bache sentimental, menos los males de amores...

Aliwe dijo...

El rol del amigo ufff es algo con lo que siempre estoy siempre en conflicto… no se puede interferir, solo se puede ser un mero observador y un posterior cubre baches del corazón del amigo en cuestión… todavía no encuentro dentro de mi diccionario interior las palabras para momentos así… palabras que no suenen huecas… lo mejor es no hablar… el silencio expresa mucho mejor y no suena a reproche ni a falacia…

besos

PD: Recomiendame un libro para burlar mi instinto emo XD...