sábado, 31 de enero de 2009

Mi padre


Hoy la actualización está dedicada mi padre. No sé por qué, supongo que porque ayer me puse a pensar y me quedó muy claro que no sé que haría yo sin él. La fotografía que he puesto hoy es de la Alameda del pueblo de mi padre, Foios. Me cuenta que el de pequeño solía jugar ahí, a subirse a las palmeras. Justo enfrente estaba y sigue estando su antiguo colegio. También me cuenta cuando el y sus amigos jugaban al lado de las acequias a los indios, y que después de jugar se tomaban un refresco que se llamaba Magnesia. Y que eran pobres, sí, pobres, que vivían todos en una misma habitación, y que la primera vez que vió una ducha le pareció estar en el Pararíso. Me encanta que mi padre me cuente cosas sobre su vida, de cuando el era un niño. También me contaba que a los 14 años le pusieron a trabajar y que desde entonces no ha parado. No os imaginais el respeto que le tengo, y las ganas de llorar que me entran al pensar que solo lo veo 4 veces al mes, porque vive lejos. Ganas de llorar cuando lo veo venir los fines de semana a por mis hermanos y por mí, y que nos lleva a la sierra, y sonríe, está feliz, porque está con nosotros, con sus hijos. Ganas de llorar al pensar por todo lo que ha pasado. Mi padre. Ya tiene 50 años, y dentro de dos semanas cumple 51. Así se lo dije ayer por la noche, por teléfono (me llama todas las noches, mi momento preferido del día). Y me dijo: "Ya ves Irene, como pasa el tiempo. Aún me parece que fue ayer cuando yo tenía 10 años y jugaba por las acequias a perseguir lagartos". Y lloré, vaya que si lloré cuando acabé de hablar con él. Y no sé, siempre paso la semana esperando que llegue el viernes para verle, esperando ver su coche para que me lleve a Foios, para que paseemos mis hermanos, el y yo por su pueblo, por las calles donde tantas veces había pasado. Y cuando lo veo me parece la mejor persona del mundo. Sí, lo es. Ya solo por el simple hecho de hacer lo que hace por nosotros, sus hijos, ya es la mejor persona del mundo. Y no sé que haría si no lo tubiera, ya es demasiado horroroso verle tan poco. Pero al menos le veo. Sí, le veo. Qué rápido pasa el tiempo eh, Irene? Sí, papá. Le quiero. Se llama Salvador, oh sí, a mi me ha salvado la vida.

3 comentarios:

El chache dijo...

Yo tampoco se que haria muchas veces sin mi padre.
Una foto muy bonita.
Un saludete

Camaleona dijo...

Pues entonces disfruta de él cada segundo que puedas.
Mi padre era un gran hombre, ya no está, y le echo de menos cada día que pasa.

Francisco Javier dijo...

Ya sean padres o madres, son seres especiales, no se que haríamos sin ellos. Ellos nos lo dan todo, cariño, amor, ternura, educación, respeto. Gracias Misread por visitar mi página, yo te devuelvo mi cariño en forma de comentario, un escrito muy interesante. Un abrazo fuerte.