Me seco la cara con el borde de la blusa , a falta de toalla. Me siento en el escalón que sube a las cabinas, y miro al fluorescente del techo. Pronto tendré que irme, otra vida me espera fuera de este pequeño refugio. Cuántas cosas saben sus paredes desconchadas, cuántas historias grabadas en las puertas... Yo soy una parte de ellas. No me impota que se me olvide. Lo que tenía que hacer aquí, ya lo he hecho. Pero antes quiero dejar una flor en esta tumba. Como todas las flores, tiene que morir, pero todos estos años me han enseñado algo: todas las rosas son la misma rosa.Cojo el rotulador y me aposto detrás de la puerta de una de las cabinas. Esta llena de declaraciones de amistad eterna, nombres de parejas y bromas infantiles. Pero tiene un pequeño espacio libre. Me sobra. "Yo no soy un número: soy un camino..."
2 comentarios:
Un hombre que no tiene que preocuparse por que ropa ponerse cada mañana puede dedicarse a ser un genio.
Un saludete
Y cada vez llega antes.
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